El cuerpo humano ha sido uno de los referentes básicos para las representaciones artísticas, sólo limitado por algunas creencias religiosas y supersticiones en distintas culturas. Basar las creaciones en conceptos conocidos e interpretar el contexto propio son preceptos fundamentales en todas las artes, por esta razón no es extraño que el propio cuerpo y la naturaleza humana hayan sido, a lo largo de los años, objeto de reflexión constante y representación en las más variadas disciplinas y según los más diversos estilos.

Venus de Willendorf
Venus de Willendorf, Museo de Historia Natural de Viena (circa 20000 a. C.)

Desde las esculturas prehistóricas que encerraban significados apotropáicos y de fertilidad, hasta la fotografía de desnudo más actual, el tratamiento del cuerpo y su interpretación es una constante y un punto en común en la historia del arte que merece la pena destacar. En este sentido, es útil señalar la diferencia entre la representación natural del cuerpo con intenciones estéticas o artísticas así como de expresión de valores, sentimientos o ideas, de otras más cercanas a la provocación sexual.

Más allá de los prejuicios sociales e ideológicos, lo cierto es que el desnudo artístico tiene una especial cabida en la sociedad actual como la ha tenido históricamente en numerosos contextos, como una verdadera puesta en valor de la belleza natural del ser humano, de potenciación de sus cualidades físicas, así como de utilización de la capacidad empática del espectador para conmoverse mediante la identificación personal con el sujeto representado.

Desde los retratos que desnudan a la persona en cuerpo y alma, hasta las obras que utilizan el cuerpo para crear imágenes nuevas con un valor referencial propio, todas pueden transmitir ideas y emociones o reivindicar acciones mediante el uso de las capacidades del autor para conocer las fórmulas artísticas adecuadas que le permitan elevar su obra a la categoría de arte y diferenciarla claramente de simples desnudos sin interés, sin valor, sin fondo más allá de la forma visible.

Autor: Lidia Fernández Infante

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar